Grupo Wolfsberg contra el terrorismo. Imagen Freepik
El Grupo Wolfsberg, una asociación de los doce bancos más grandes del planeta, pide a los Gobiernos que les permitan intercambiar información entre ellos y les provean listas mejoradas.
A través de un documento publicado a mediados de marzo de 2024 varios de los más influyentes bancos del mundo plantearon una serie de sugerencias a las autoridades nacionales de los países para fortalecer la lucha contra las organizaciones terroristas.
La petición pública fue realizada por el Grupo Wolfsberg, el cual reúne a doce grandes bancos del mundo, entre ellos JP Morgan, HSBC, Banco Santander, Credit Suisse, Bank of America y Citigroup.
Por medio de la declaración pública actualizada contra la financiación del terrorismo, el Grupo planteó las siguientes solicitudes “con miras a optimizar la contribución que las instituciones financieras pueden hacer”:
- Provisión o entrega de listas oficiales de presuntos terroristas y organizaciones terroristas de forma coordinada globalmente por la autoridad competente pertinente en cada jurisdicción.
- Inclusión de datos e información apropiados en dichas listas para ayudar a las instituciones financieras en búsquedas eficientes y oportunas dentro de sus bases de clientes.
- Retroalimentación a las instituciones financieras sobre la utilidad de los informes de actividades sospechosas realizados en relación con el financiamiento del terrorismo.
- Suministro de información de inteligencia procesable para incluir indicadores y tipologías utilizadas en la financiación del terrorismo, con el fin de ayudar a identificar transacciones sospechosas y/o inusuales.
- Desarrollo de actividades de capacitación o concientización para garantizar que el personal relevante conozca las tipologías actuales de financiamiento del terrorismo y/o los métodos, medios y técnicas de financiamiento.
Por otra parte, el conjunto de poderosas instituciones bancarias aprovechó la oportunidad para plantear una serie de ajustes regulatorios que, según ellas, pueden ayudar a fortalecer sus controles.
Entre ellos se encuentra una petición para que se les permita compartir “de forma segura información procesable sobre transacciones sospechosas y/o inusuales con otras instituciones financieras, cuando exista un interés legítimo y proporcionado en la prevención o detección del financiamiento del terrorismo”.
Así mismo, quieren “mantener información relevante para mitigar el riesgo de financiamiento del terrorismo dentro de sus propias bases de datos y compartir dicha información dentro de sus propios grupos”.
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De-risking: llamado a la precaución
Desde el Grupo Wolsfsberg manifestaron que la financiación del terrorismo plantea nuevos desafíos y consideraciones, incluidos comportamientos, riesgos y tipologías que continúan evolucionando rápidamente.
Sin embargo, reconocieron que “la implementación de controles [contra la FT] puede tener consecuencias no deseadas, incluida una reducción del acceso legítimo al sistema financiero cuando no se han implementado cuidadosamente enfoques basados en el riesgo”.
Por esa razón precisaron que las instituciones financieras “deben equilibrar las actividades legítimas de mitigación de riesgos (…) con la importancia del acceso al sistema financiero para los individuos y las comunidades”.
Según sus propias palabras, “se debe considerar cuidadosamente la proporcionalidad de tales medidas, a la luz de la evolución de las amenazas del financiamiento del terrorismo”.