Impacto de sanciones internacionales. Imagen Ededchechine
El reciente y aún vigente conflicto bélico entre Rusia y Ucrania nos ha mostrado el impacto de la gestión de sanciones en los modelos de cumplimiento.
Por: Juan Carlos Medina Carruitero*
El año 2022 encontró a un mundo que estaba saliendo de la etapa más crítica de una pandemia en la que no solo hubo pérdidas humanas, que fue lo más grave, sino también grandes pérdidas financieras.
Cuando parecía que íbamos a tener un respiro, justo se inició el conflicto bélico entre Rusia y Ucrania, lo que dejó al planeta nuevamente en un estado de incertidumbre y con una afectación social y económica que no termina.
En este nuevo contexto, y como parte de las medidas disuasorias de diversos gobiernos, se establecieron una serie de sanciones, principalmente contra Rusia, que impactan en el desarrollo de la gestión de cumplimiento de todos los países.
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Este conjunto de sanciones, similares a las que en su momento se impusieron a países como Cuba, Irán y Venezuela, terminan convirtiéndose en grandes retos para las organizaciones, pues muchas de las sanciones no terminan siendo explícitas y, en consecuencia, la aplicación de las mismas tampoco es clara.
Todo ello llevó a un incremento de actividades de cumplimiento y su consecuente aumento de recursos para la atención de un nuevo parámetro de sanciones.
Sanciones implícitas
En ocasiones suele pensarse que el cumplimiento de sanciones se limita al establecimiento de una “lista negativa” al interior de las organizaciones, en las que mediante un software pueda bloquearse cualquier operación con las personas o instituciones que aparezcan reseñadas.
Ello efectivamente tiene sentido en aquellas sanciones que, explícitamente, mencionan al sancionado.
Sin embargo, existen sanciones que no los mencionan textualmente, conocidas como sanciones implícitas que no pueden incorporarse en un listado de sancionados.
Por ejemplo, una sanción contra las instituciones que sean dirigidas por determinados gobiernos.
Existen jurisdicciones donde el modelo económico/político hace que la participación de un gobierno esté en todo ámbito y la determinación –en ocasiones por porcentajes de acciones– no siempre resulta práctica de determinar para las áreas de cumplimiento de las instituciones financieras.
De hecho, la función de cumplimiento pasa a convertirse en un intérprete de la esencia de dichas sanciones, lo que podría convertirse en un reto mayor, debido a que esta función es eminentemente técnica.
Nuevos retos en sanciones
Las sanciones son un mecanismo de disuasión o castigo que seguirá utilizándose, más aun en las polarizaciones geopolíticas como en las que nos encontramos en la actualidad, por lo que pensar en una disminución de las mismas seria utópico.
En consecuencia, y desde el punto de vista de una entidad financiera que necesita cumplir estándares regulatorios y de sanciones mínimos, y gestionar su riesgo tratando de evitar un impacto en su desarrollo comercial, es necesario buscar una mejor estrategia de atención y gestión de sanciones implícitas, alineando el modelo de negocio que se usa en la práctica.
Por ejemplo, si el modelo de negocio los lleva a atender a ciudadanos de países que tienen un alto índice de sanciones.
Indudablemente el apoyo de la tecnología es fundamental en el manejo de listas de sanciones u observados, pero desde cumplimiento se debe ser consciente que ello no incluye el universo de sanciones, que anteriormente ya definimos como implícitas.
*Consultor internacional antilavado y expresidente del COPLAFT.
