Los accionistas señalados de participar en actividades de narcotráfico salieron de su participación accionaria y con ello se eliminó la causal de reseña en la lista.
En noviembre de 2014 el Envigado F.C. fue incluido dentro de la lista Clinton por pertenecer a Juan Pablo Upegui, quien también fue reseñado en el listado y además señalado por la Oficina de Control de Activos Extranjeros de EE.UU. (Ofac por su sigla en inglés) de cometer el delito de narcotráfico, y de participar en la presunta red de lavado de activos del grupo delincuencial conocido como ‘La oficina’.
En consecuencia, la pertenencia del club de fútbol a una persona acusada de actividades delictivas fue lo que motivó su inclusión en la lista.
Apenas dos meses después de la reseña, el 22 de enero de 2015, la Superintendencia de Sociedades tomó el control del equipo tras determinar que la reseña tuvo un efecto negativo y generaba un gran riesgo de incumplimiento de sus obligaciones financieras.
Transcurrió un año y en 2016 la participación mayoritaria de capital del equipo (cerca del 70 %) pasó a la firma Luís Valero y Asociados SAS, con lo cual se materializó la salida de Upegui del equipo y se eliminó, de cierta manera, la causal de permanencia en la lista.
Con el camino despejado, a mediados de 2017 avanzaron los acercamientos entre el equipo, la Superintendencia de Sociedades y la Ofac para gestionar el retiro del Envigado F.C. de la lista.
Tras algunas reuniones, la firma Luís Valero y Asociados SAS –con el conocimiento de la Ofac y de la Supersociedades– transfirió el 55 % de la participación al fondo de capital privado Profútbol, gestionado por Progresión Sociedad Administradora de Inversión S.A.
Con esta negociación el fondo se hizo al 55 % del Envigado F.C. y se configuró como la sociedad controlante.
Es importante mencionar que la firma de Valero no necesitó algún tipo de licencia o permiso especial de la Ofac para adquirir las acciones del Envigado F.C. por cuanto no era una empresa estadounidense; no obstante, sí mantuvo informada a esa oficina de las negociaciones.
Según el superintendente de sociedades, Francisco Reyes, este proceso –que tomó casi un año– “demuestra cómo se puede trabajar para sanear una situación ilegal (…) que representa una mala práctica empresarial”.
Finalmente y tras la salida de la lista, el equipo de fútbol ya no será objeto de control por parte de la Supersociedades, aunque se mantendrá en un esquema de supervisión especial hasta el 26 de julio de 2018 con el fin de verificar que se cumplan los acuerdos.