Netflix lanzó una serie llamada ‘El dinero en pocas palabras’. En su primer capítulo explican por qué las estafas proliferan con tanta facilidad.
Las estafas más grandes suelen proliferan en momentos de cambio, por ejemplo, en las guerras o pandemias, que son “nuevas y aterradoras”.
Esta es una de las premisas de la nueva serie lanzada por Netflix acerca del dinero, en la cual aborda temáticas como fraudes y apuestas.
La producción, titulada ‘El dinero en pocas palabras’, señala que los estafadores “te dan historias y ‘verdades’ en las que quieres creer” y por eso logran su cometido.
Estafas, tan antiguas como el ser humano
Uno de los planteamientos interesantes del primer capítulo de la serie es que “desde antes que Adán y Eva comieran la manzana, las estafas han estado haciendo millonaria a la gente”.
Y para ilustrarlo recuerdan la que, a su juicio, ha sido “una de las estafas más extravagantes de la historia”.
Gregor McGregor fue un militar escocés y expedicionario que hizo viajes entre América y Europa en el siglo 19. En uno de ellos se le ocurrió un ingenioso fraude.
Al llegar a Londres dijo haber descubierto un paraíso llamado Poyais. Según McGregor, Poyais era una “tierra de riqueza y alegría” ubicada en América.
McGregor se atribuyó la propiedad de esas tierras y comenzó a venderlas.
Su exposición fue tan convincente que muchas personas le compraron tierras e incluso cambiaron libras esterlinas por la nueva divisa de Poyais.
El problema fue que Poyais solo existía en la imaginación de McGregor y todos los inversionistas perdieron su dinero.
OneCoin, la supuesta criptomoneda que nunca fue
Según la serie, en la era de la Internet los costos de entrada a las personas se redujeron y por eso se incrementaron las campañas fraudulentas a través de correo y redes sociales.
En uno de sus fragmentos recuerdan una de las estafas más recientes y millonarias.
En 2017 Ruja Ignatova lanzó el OneCoin, a quien ella llamó “el asesino de Bitcoin” por considerarla la criptomoneda más novedosa de la historia.
Fue tal la promoción realizada que personas de 175 países invirtieron más de USD4400 millones de dólares.
Sin embargo, como en casos similares, tiempo después de recaudar las millonarias cifras, Ignatova desapareció con el dinero.
Cientos de inversionistas perdieron su dinero a pesar de la existencia de numerosas alertas sobre el fraude, incluso una proveniente de un portal de especialistas en criptomonedas.
¿Por qué somos susceptibles al fraude?
Según Stephen Greenspen, doctor en psicología y uno de los expertos consultados, “los seres humanos somos pésimos detectando mentiras, pero el problema es que creemos ser buenos para identificarlas”.
Con él coincide María Konnikova, doctora en psicología, quien asegura que los humanos “estamos hechos para confiar” en los demás y eso favorece a los estafadores.
Konnikova señala que ningún estudio ha podido demostrar que exista un perfil o conjunto de características de personas susceptibles al fraude.
En resumen, cualquiera puede caer en las manos de los defraudadores y creer en las “oportunidades de oro” que ofrecen los inescrupulosos.
Así las cosas y según la serie, parece que la única manera para evitar los fraudes es ir, de vez en cuando, contra la condición humana de confiar.