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¿El Covid-19 genera motivaciones para la corrupción y el fraude?

Enviado por Infolaft el

Artículo por: Infolaft

Keila Mulero, fundadora de SAVVY Link SA, asegura que la perdida de empleos y reducción en los ingresos de muchas personas genera una “presión” que las empresas antes no tenían.

A nivel mundial se calcula que cerca del 25% de los casos de fraude son cometidos por personas con problemas económicos.

Si se tiene en cuenta que el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional, entre otros organismos, prevén una contracción severa de la economía global derivada de la emergencia por el Covid-19, estamos ante un escenario de potencial crecimiento del fraude.

De acuerdo con Keila Mulero, “es muy probable que muchas personas, dentro de su desesperación, piensen cómo salir de la difícil situación y vean una oportunidad de comenzar a trabajar con excepciones”.

La experta de origen puertorriqueño señaló durante un foro internacional organizado por Infolaft que hoy “hay familias sin empleo y a muchos trabajadores los mandaron de vacaciones, por lo cual tenemos una presión [hacia el fraude] que antes no teníamos”.

Según su análisis, puede haber funcionarios que intenten aprovecharse de las fallas que existan dentro de los sistemas de control interno para apropiarse de recursos de las empresas.

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Riesgo latente de corrupción

Esta situación excepcional no solo expone a las empresas al riesgo de fraude, sino también al riesgo de corrupción debido a que los gobiernos han tenido que relajar los procesos de contratación para hacer frente a la pandemia.

En palabras de Keila Mulero, en muchos países “los procesos de licitación no se dan porque no hay tiempo para evaluar proveedores, y los criminales ven esto como una puerta abierta para entrar al sistema”.

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¿Cómo gestionar el riesgo?

“Los oficiales de cumplimiento no pueden esperar catorce meses para que una auditoría diga que un proveedor o cliente no cumplía con los requisitos establecidos”, asegura Mulero.

“Aquí la recomendación es que se mantengan los procedimientos previos de conocimiento del cliente”, recomienda, al tiempo que sugiere fijarse en las jurisdicciones de origen de la contraparte y en la calidad de los productos.

Sobre este último punto, sostiene que los profesionales de riesgo deberían prestar atención no solo a los productos finalizados, sino a las materias primas que están adquiriendo sus clientes, debido a que muchas de ellas vendrán del exterior.

“Ojo con las excepciones y con las aprobaciones, todo debe tener su debido proceso”, apunta.

Ajustes al interior de los sistemas

Keila Mulero señala que “es muy posible que las matrices de riesgo tengan que cambiar y adaptarse a la nueva realidad”.

Incluso, asegura que, con ocasión de la crisis, muchos clientes cambiarán de actividad para continuar recibiendo ingresos y eso, necesariamente, se traduce en un nuevo perfil de cliente.

Finalmente, la experta sugiere la creación de un “comité Covid-19” que se reúna periódicamente y desarrolle nuevos procedimientos para evitar el relacionamiento con organizaciones criminales.

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