La sospecha histórica de lavado en el Vaticano.
La Santa Sede ha sido objeto de críticas a lo largo de muchos años por las presuntas irregularidades que tendría el sistema de prevención de lavado de activos y financiación del terrorismo (LA/FT) de su banco. ¿En qué consisten las posibles inconsistencias? ¿Desde cuando se presentan? ¿Qué medidas ha tomado la Santa Sede?
Historia
Primero, hay que aclarar que el nombre correcto de la entidad cuestionada no es Banco Vaticano, sino Instituto para las Obras de la Religión (l'Istituto per le Opere di Religione) y fue creado a través de una carta el 27 de junio de 1942 en la ciudad del Vaticano durante el papado de Pío XII. Posteriormente, el 24 de enero de 1944, el Sumo Pontífice estableció nuevas reglas para constituir el régimen del Instituto, el cual quedó bajo la supervisión de la Comisión de Cardenales.
Tal y como reza en una carta firmada por el papa Juan Pablo II el primero de marzo de 1990 –y que aún tiene vigencia– el objetivo del Instituto es ‘‘proporcionar custodia y administrar los bienes muebles e inmuebles donados para obras de caridad’’ por personas naturales o jurídicas. Además, está compuesto por cinco órganos:
- Comisión de Cardenales
- El Prelado
- Consejo de la Superintendencia
- La Dirección
- Los auditores
El Instituto para las Obras de la Religión (IOR) sigue funcionando hasta el día de hoy y está próximo a cumplir 70 años de fundación.
Escándalo del Banco Ambrosiano
Hay que indicar que el Instituto para las Obras de la Religión (IOR) no tuvo su origen en el antiguo Banco Ambrosiano, como algunos equivocadamente creen. El Banco Ambrosiano fue una antigua institución financiera de origen católico (que funcionó desde 1896 hasta 1982), cuya finalidad era la de ayudar a los miembros de esa iglesia a realizar trabajos piadosos y colaborar con las misiones evangelizadoras en varias partes del mundo.
A finales de la década de los años 70 y comienzos de los 80 se descubrió que bajo la presidencia de Roberto Calvi el Banco estableció sociedades en varios paraísos fiscales y financió varios movimientos políticos en Italia, Nicaragua y Polonia. Todas estas acciones –claramente– por fuera de su objeto social inicial.
Luego de que se dieran a conocer las irregularidades y del enorme estupor que generaron los malos manejos del Banco, aconteció la ‘joya de la corona’ que desencadenó la clausura definitiva. En 1982 el Ambrosiano no pudo demostrar el origen lícito de más de 1.200 millones de dólares que reposaban en sus cuentas, lo que provocó el cierre casi inmediato. Meses después, el entonces vigente y último presidente del banco, Roberto Calvi, fue hallado muerto en un puente de Londres.
Ante la presión social, el IOR asumió las pérdidas que el banco le generó a varias compañías del mundo. Sin embargo, el Vaticano nunca reconoció formalmente su apoyo irrestricto al Ambrosiano y a sus administradores.
Los problemas contemporáneos
Las constantes dudas que surgieron en torno a la posible comisión del delito de lavado de dinero en el Vaticano luego de la caída del Ambrosiano, terminaron décadas después por obligar al papa Benedicto XVI a crear, el 30 de diciembre de 2010, la oficina de Autoridad de Información Financiera (AIF). Se debe aclarar que la AIF tiene la obligación de vigilar los dineros y las operaciones financieras que realiza el IOR y no las que adelanta la Santa Sede.
Sin embargo, los problemas y las dudas han persistido en el tiempo. En 2010 la Fiscalía de Roma (Italia) le abrió una investigación a Ettore Gotti Tedeschi, entonces director del IOR, por presunto lavado de dinero tras haberse negado a reportar como sospechosos los depósitos por 23 millones de euros que dos clientes hicieron en la entidad.
Por si fuera poco, durante el pasado mes de marzo, según publicó Portafolio en su página de internet, el JP Morgan anunció que cerraría una cuenta que el IOR tenía en una de sus sucursales en la capital italiana. Según la entidad financiera estadounidense, la casi nula información que el IOR entregó para justificar sus millonarias transferencias de dinero justificó la decisión.
Fuentes:
*http://www.portafolio.co/internacional/jpmorgan-cerro-cuenta-del-vaticano-considerarla-riesgosa
