El Subcomité de Terrorismo y Financiamiento Ilícito de la Cámara de Representantes del Congreso de los Estados Unidos publicó un
documento en el que informa que, tras examinar los diversos métodos utilizados por los principales grupos terroristas para generar y movilizar fondos y apoyar sus actividades, la conclusión principal es que
la financiación terrorista sigue teniendo una sólida base de efectivo y que no se ha identificado un crecimiento significativo del uso de criptomonedas.
Según el presidente del subcomité, Steve Pearce, "las organizaciones terroristas no pueden funcionar sin recursos financieros para organizar y llevar a cabo sus acciones violentas. Es imperativo que el Congreso comprenda la naturaleza de estas amenazas que enfrentan actualmente la nación y el mundo, con el fin de hacer todo lo posible para poner fin a estos actos ilícitos ", dijo durante la presentación de los resultados.
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Conclusiones del subcomité
La amenaza del terrorismo evoluciona continuamente con un número cada vez mayor de grupos en todo el mundo, lo que hace combatir la financiación del terrorismo sea un un pilar central para acabar con todas las formas de actividad terrorista que amenazan los regímenes democráticos.
Según concluyó el subcomité,
los grupos terroristas generalmente adaptan sus métodos de financiación a sus recursos disponibles, niveles de habilidades y las oportunidades materiales existentes en sus áreas de operaciones objetivo, lo que de entrada genera que no haya un interés primario en la adquisición o transacción con criptomonedas.
Como medios de financiación comúnmente utilizados, el organismo comentó que “las organizaciones terroristas tienen una larga historia de explotar bancos y otras instituciones financieras tradicionales, así como medios semiformales de transferencia de fondos, como el sistema de intercambio de hawala”.
Adicionalmente se dijo que,
más allá de cumplir objetivos políticos, los ataques violentos le sirven a los terroristas para aumentar sus recursos a través de varias actividades (secuestros, extorsiones, hurto de recursos, posesión de activos para explotación económica, trata de personas, minería ilegal, extracción ilegal de hidrocarburos, etc.) que dejan dinero en efectivo más que criptoactivos.
Para el caso del Estado Islámico, por ejemplo, se dijo que
la mayoría de la riqueza vino de su capacidad para tomar territorio como consecuencia del colapso del Estado de derecho en partes de Siria y el noroeste de Irak más que de complejas operaciones financieras. “Muchos grupos terroristas intentan evitar el sistema financiero formal para omitir los controles de los reguladores bancarios y las unidades de inteligencia financiera involucradas”, señaló el subcomité.
Para cerrar su comunicado, el subcomité mencionó que “a medida que la amenaza del terrorismo evoluciona continuamente, es cada vez más importante controlar las amenazas terroristas y los métodos de financiación del terrorismo para acabarlo”.
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